El solomillo envuelto en hojaldre o solomillo al Wellington
es una receta que debemos tener siempre a mano, porque viene genial
para esas citas en las que queremos impresionar a nuestros invitados.
No en vano, viene siendo uno de los platos principales en
infinidad de banquetes importantes, desde que lo puso de moda Arthur
Wellesley primer Duque de Wellington, conocido por derrotar a las tropas
francesas de Napoleón en la batalla de Waterloo de 1815.
Sobre la procedencia de la receta existen diferentes versiones,
unos dicen que se creó para regalársela al Duque por derrotar a las
tropas francesas ,otros cuentan que sólo es la variación de un plato
francés al que le dieron este nombre en Gran Bretaña con ánimo de
incordiar. Sea como sea, lo que sí está claro es que el Duque de
Wellington servía esta carne como plato principal cada vez que tenía
invitados.
Ingredientes para 4 personas:
- 2 Solomillos de cerdo.
- 200 gr de champiñones.
- 10 lonchas de bacon (finitas).
- 500 gr de masa de hojaldre.
- 60 gr de aceite de oliva suave (Cuatro cucharadas soperas).
- 1 Huevo.
- Un poco de sal y una pizca de pimienta.
Elaboración:
1- Empezamos con
los champiñones,
es muy importante lavarlos bien para asegurarnos que no tengan nada de
tierra. Después los ponemos a escurrir y una vez limpios y escurridos
los cortamos
en daditos pequeños.
Cuando terminemos de cortarlos ponemos una sartén con dos cucharadas de aceite a fuego
fuerte; cuando empiece a humear, añadimos los champiñones con un poco de sal a y
los saltearmos durante dos minutos.
Una vez cocinados, los escurrimos y los dejamos enfriar.
2-
Ahora vamos a hacer la carne, primero limpiamos los excesos de sebo de
los solomillos y ponemos una sartén con dos cucharadas de aceite al
fuego más fuerte que tengamos.
Mientras se calienta el aceite, ponemos sal y un poco de pimienta a
la carne. Cuando nos aseguremos de que el aceite de la sartén está muy
caliente ponemos
los solomillos y los marcamos, dejándolos que se doren
sólo unos 20 segundos por cada lado. Así conseguiremos se selle bien la
carne pero sin cocinarse mucho y evitar que luego se nos quede seca con
el tiempo de horno.
3- Dejamos
que la carne se enfríe y mientras aprovechamos para estirar el hojaldre
con ayuda de un rodillo. Este paso es muy importante hacerlo bien,
porque si dejamos demasiado gordo el hojaldre vamos a necesitar más
tiempo de horno (para que se cocine) y en este tiempo corremos el riesgo
de que se nos pase la carne.
Para que nos sea más cómodo estirar el hojaldre conviene espolvorear un poco de harina sobre la mesa y sobre el rodillo.
Cortamos el hojaldre en planchas de un tamaño con el
que nos aseguremos que podemos envolver el solomillo de sobra. Cortamos
tantas planchas como solomillos vayamos a envolver y nos ponemos a
estirarlas una a una hasta conseguir que tenga un grosor aproximado de 2,5 milímetros.
Una vez estirado el hojaldre
lo pinchamos con ayuda de un tenedor cada dos o tres centímetros para evitar que nos suba y se nos deforme durante la cocción.
4-
¡Ya casi tenemos todo listo! Ahora vamos a rematarlo: Ponemos el horno a
precalentar a 180º y mientras se calienta, envolvemos los solomillos
primero con el bacon y luego con el hojaldre. (Se puede hacer de una vez
pero lo hacemos en dos pasos para que nos resulte más sencillo).
Alineamos cinco lonchas de
bacon sobre la mesa, extendemos el
champiñón sobre éstas, colocamos encima la carne
y envolvemos todo con las lonchas de bacon.
Colocamos cada solomillo envuelto en el bacon sobre su plancha de hojaldre y…
5-
… Es el momento de enrollarlo y aunque parece un poco complicado es tan
sencillo como envolver un regalo. Si tampoco se te da bien envolver
regalos no te asustes , tampoco tiene que quedar perfecto porque luego
al asarlo y cortarlo se disimulan mucho los fallos si los hubiera.
Lo dicho,
enrollamos los solomillos metiendo bien las puntas del hojaldre para asegurarnos de que nos quede envuelto por completo.
6- Una vez envueltos todos los solomillos los vamos colocando sobre una placa de horno y con ayuda de una brocha
pintamos el hojaldre con el huevo batido para que nos salga del horno con un bonito dorado.
Metemos los solomillos en el horno durante 12 minutos (o hasta que
estén dorados), lo cortamos en raciones y corriendo a servirlo, porque
este plato está superior recién sacado del horno.